En 1997 el teatro de la Universidad de Oregon estaba lleno de una audiencia que formaba parte de una competición particular. Tres obras musicales se tocarían ese día; una obra original de Bach, una obra compuesta por Steve Larson -profesor de teoría de la música en la universidad y apasionado de Bach- y una tercera obra compuesta por un programa de ordenador llamado EMI, diseñado específicamente para emular a Bach. La audiencia debía escuchar las tres obras y luego votar para identificar que pieza correspondía a cada autor.Dos cosas asombrosas pasaron ese día, la primera fue que el público creyó que la obra compuesta por Steve Larson fue creada por el programa EMI. Pero lo más increíble llegó después; el publico creyó que la pieza compuesta por el programa de ordenador EMI.. era la original de Bach!
La digitalización y robotización se están apoderando cada vez más de nuestras empresas, fábricas y -silenciosamente- de las vidas del mundo desarrollado. El World Economic Forum predice que más de 5 millones de trabajos serán reemplazados por robots para el 2020 y algunos expertos predicen que para el 2050 la mayoría de los trabajos que conocemos hoy día serán reemplazados por robots. Aún cuando la industria de los robots generaría nuevas profesiones dando trabajo a también a miles de profesionales, la perspectiva del futuro del trabajo para los humanos es incierta.
Entendamos que hablar de la robotización de hoy, no es lo mismo que hablar de la automatización del siglo pasado. Las diferencias son muchas, pero hay una que destaca por sobre las demás: La inteligencia artificial.
Hasta ahora había un espacio reservado exclusivamente para los humanos, un bastión de resistencia que garantizaría la necesidad de humanos en las empresas y el mundo del futuro.. pero eso puede estar a punto de cambiar.
La creatividad siempre ha sido considerada como una habilidad intrínsecamente humana. Fruto de la necesidad para los primeros humanos, de la inspiración divina para los antiguos griegos y de la habilidad y técnicas de pensamiento como el Design Thinking, el Pensamiento Lateral o la Solución Creativa de Problemas en el mundo moderno. Sin embargo, la creatividad como potestad exclusiva de los humanos podría tener fecha de caducidad.
¿Cómo será el mundo cuando las máquinas sean capaces de crear por si mismas? Más aún si a nuestros ojos la creación humana y la de un ordenador son indistinguibles.
Parece que no tendremos que esperar mucho para adivinarlo, esta semana salió a la luz cómo Facebook está experimentando con software de inteligencia artificial para negociar precios de productos. Estos programas inteligentes fueron diseñados para aprender de manera constante y para que sus estrategias de negociación fueran indistinguibles de las de los humanos, pero con un poder de cálculo mucho mayor.
Los “bots” de inteligencia artificial de Facebook aprendieron rápidamente el arte de la negociación, incluso llegando a fingir interés por ciertos artículos para poder bajar el precio de otros. Pero lo significativo llegó unos días después, cuando los bots semi-inteligentes decidieron dejar de utilizar el inglés como lenguaje de comunicación, inventando una nueva forma de comunicarse que era incomprensible para los humanos . Dias después Facebook decidió cerrar el experimento, las razón oficial es que el interés del programa era diseñar Bots que pudiesen negociar con personas, y por lo tanto debían hacer ajustes en los mismos para incentivar el uso de idiomas que pudiesen ser comprendidos por humanos.
Stephen Hawking ya advirtió que la inteligencia artificial podría ponerle fin a la humanidad, aunque otros autores piensan que es todo lo contrario, que podría ser la solución a todos nuestros problemas.
Según Richard Freeman en un artículo de Harvard Business Review, tomando prestadas las 3 reglas de la robótica de Isaac Asimov, estás serán las 3 reglas de la “Robo-Economía”:
Ley 1: Los avances en inteligencia artificial y robótica producirán máquinas que serán mejores reemplazando a los humanos.
Ley 2: Los costo de los robots como sustitutos a los humanos va a descender a medida que descienden los costos de producción, empujando los sueldos hacia abajo.
Ley 3: Los ingresos cada vez más provendrán de la propiedad de los robots u otras formas de capital que producen los robots más que por el trabajo humano.
Con elecciones de potencias mundiales víctimas del “hacking”, ataques cibernéticos a plantas nucleares y virus que capturan la información de miles de ordenadores en todo el mundo, parece que en los próximos años viviremos retos sin precedentes para la humanidad.
Según Harm Bandholz, jefe economista del grupo Unicredit en los Estados Unidos “Tenemos que re-pensar nuestro sistema educativo, a medida que las máquinas sean capaces de hacerse cargo de cada vez más tareas, los humanos debemos centrar nuestra atención en nuestras ventajas competitivas: incluyendo nuestras habilidades no-cognitivas”
Tal vez es por ello que las organizaciones cada vez más se centran en dos focos principales: por un lado la “digitalización” de sus negocios y por el otro en desarrollar aquellas habilidades que nos hacen más humanos. La inteligencia emocional, la empatía y -al menos por ahora- la creatividad se encuentran entre ellas.